Yo sé de amor porque lo leí en los mapas,
planos rumbo a tu casa,
orillas hacia el mar más cálido.
Sé del dolor porque lo escuché de tus labios,
lanzadera hacia la locura,
purgatorio de todos mis males.
Si se cierran esas puertas o aquellas,
qué más da,
nada puede perder quien todo olvidó,
nada puede amar quien todo perdió,
a nadie puede aferrarse quien se hundió.
Yo sé de amor porque no cuestiono lo que eres,
porque no pienso lo que soy,
porque no medito lo que digo.