Lo difícil es empezar un nuevo día
cada día más viejo,
con mentiras a medias entre las sábanas.
Lo difícil es contar las miradas
que se perdieron bajando por tus caderas,
pintar los soles de tu cuerpo en los silencios de la habitación.
Lo difícil no es cantar a media voz
sin voz,
es aprender a cambiar de zapatos para no volver a caer.
Lo difícil es sacudir el polvo del camino
con la mirada cansada de perder,
agrietando las arterias de un corazón ronco de latir.
Lo difícil no es aprender a vivir
anclado a la deriva,
es aprender a ser inexactos y amarnos.
Lo difícil no es olvidar las llaves
sabiendo que no voy a volver,
es saber que no hay excusa para no mirar atrás.
Lo difícil era no saber que también eras poeta,
además de otras tantas facetas.
Lo difícil es ser consciente ahora de ello,
leerte,
y no tenerte en más estima.
Muy bueno amigo mío 😉