Se acabó. Finito. No habrá vuelta atrás, ni dolor que oculte esta decisión. Se acabó como se cierran las persianas, como suenan los portazos, como acaban mis whiskies, como se apaga el último cigarro.
Así comienza una nueva senda, desconocida y virgen, alejada del camino que desemboca en viernes de fiesta, escaleras ardiendo y domingos fríos. No habrá Convención de Ginebra que me despegue de sus labios, ni pactados ceses de la violencia sexual que acaben con sus miedos y mis pasiones.
No existirá forma humanamente imposible que os permita evitarme; acción, reacción… saciedad. Acabaré aparcando en vuestras caderas. No querréis que ponga la OTA.
Y para ti, pequeña psicópata despiadada, para ti no habrá armisticio. Para ti noches en vela, cafés amargos, deseos y pasiones insaciables. Para ti las letras, los poemas y la larga y dolorosa espera en los andenes. Para ti, pequeña desconfiada, la confianza que da saber aquello de que a rey muerto, rey puesto.
Hoy pierdo, mañana solo tendrás estas letras. Yo estaciones, caminos, restaurantes; museos, cafeterías, librerías y oportunidades.