Tú vuelas
y yo planeo,
me poso en los tejados y espío al atardecer,
dudoso e incierto,
cayendo sobre la ciudad febril de actividad.
Algunos descansillos esconden incisos provocados.
Algunos labios saben a heridas viejas.
Pero tú vuelas
y yo planeo mi gran golpe,
definitivo y final,
rompiendo los límites de la ciudad.