Bang, bang, bang
volaban los disparos,
algún zapato
y tu vaso.
Las excusas se congelaron
en los labios del ayer
y las palabras
-hijasdeputatraidoras-
se escondieron
debajo de la chaqueta.
Salí pitando.
Te dije
-no sé poner punto
y final-
pero quisiste ponerme freno.
Me acojono
si me pones el collar del perro,
porque yo vuelo,
vuelo
y me esfumo.
Cras, cras, cras
tus cristales bajo mis zapatillas
y aquella foto
-en donde el columpio-
rota en mil pedazos.
Mi mirada de cordero degollado
pidiendo permiso para hablar
y esas palabritas
-cobardeshijasdeputa-
se escondieron
en la sobaquera.
Salí cagando leches.
Te dije
-no me aprietes
que me ahogo-
pero me echaste el guante.
Avería y redención
si me pones a caldo.
Así que me duelo
y vuelo
vuelo lejos de allí.
Clac, clac, clac
-ostia, tu hermano-
palabras como puñales
y portazos.
Te dije
-adiós, Ana,
quédate con tu partida-
Salí muy digno,
pero con la mirada en el retrovisor.