Por vosotras he sido astronauta,
buscador de tesoros
y domador de tormentas.
Por vosotras he cazados mariposas,
tendido puentes de sábanas
y dormido al raso.
Por vuestras tardes he sido punto medio,
paraguas de primaveras
y saltador de charcos.
Por vuestros silencios he atrapado extraterrestres,
domesticado mis vicios
y amamantado mis instintos.
Vosotras habéis sido la ternura,
la pista de aterrizaje de mis resacas,
palabras precisas
y la paciencia de mis escondites.
Vosotras habéis sido las trincheras
cuando estaba en guerra con los espejos,
los abrazos incansables
y las tormentas de otoño.
Así que,
vosotras,
sed bienvenidas
a mi pequeño ajuste de cuentas.